Aquests dies d'estiu estic llegint el llibre "El impostor" de Javier Cercas que tracta sobre Enric Marco, qui crec que tothom coneix. A la página 233 hi ha una reflexió del propi Cercas sobre la mentida, la reconstrucció d'una historia personal nascuda a partir de la mort de Franco, en plena transició. Faig la transcripció d'aquest fragment perquè el trobo encertat. Igualment, recomano tot el llibre que val la pena llegar.
"Marco se inventó un pasado (o lo adornó o lo maquilló) en un momento en que alrededor de él, en España, casi todo el mundo estaba adornando o maquillando su pasado, o inventándoselo; Marco reinventó su vida en un momento en que el país entero estaba reinventándose. Es lo que ocurrió durante la transición de la dictadura a la democracia en España. Muerto Franco, casi todo el mundo empezó a construirse un pasado para encajar en el presente y prepararse el futuro. Lo hicieron políticos, intelectuales y periodistas de primera fila, de segunda fila y de tercera fila, pero también personas de todo tipo, personas de a pie; lo hizo gente de derechas y gente de izquierdas, unos y otros deseosos de demostrar que eran demócratas desde siempre y que durante el franquismo habían sido opositores secretos, malditos oficiales, resistentes silenciosos o antifranquistas durmientes o activos. No todo el mundo mintió con la misma pericia o descaro o insistencia, por supuesto, y pocos llegaron a inventarse del todo una nueva identidad; la mayoría se limitó a maquillar o adornar su pasado (o a desvelar por fin una intimidad miedosamente velada u oportunamente oculta hasta entonces). Pero, hiciera lo que hiciera, todo el mundo lo hizo con tranquilidad, sin desazón moral o sin demasiada desazón moral, sabiendo que a su alrededor todo el mundo estaba haciendo más o menos lo mismo y que por lo tanto todo el mundo lo aceptaba o lo toleraba y nadie estaba muy interesado en hacer averiguaciones sobre el pasado de nadie porque todo el mundo tenía cosas que ocultar: al fin y al cabo, a mediados de los años setenta el país entero cargaba a cuestas con cuarenta años de dictadura a la que casi nadie había dicho No y casi todos habían dicho Sí, con la que casi todos habían prosperado, una realidad que intentó esconderse o maquillarse o adornarse como Marco había adornado o maquillado o escondido la suya, inventando un ficticio pasado individual y colectivo, un noble y heroico pasado en el que muy pocos españoles habían sido franquistas y en el que habían sido resistentes o disidentes antifranquistas muchos que no habían movido un dedo contra el franquismo o habían trabajado codo a codo con él".